La sexualidad es un asunto que, aún en el siglo XXI, sigue siendo un tabú en algunos sectores de la población. Y aunque los gobiernos locales promueven programas de sexualidad, siguen existiendo cuestionamientos y barreras que no permiten hablar abiertamente sobre el tema.
Aunque se dice que en la actualidad los niños y los jóvenes de hoy saben más de sexo que los de antes e incluso que sus mismos padres, esto no demuestra que sean mas responsables con su sexualidad y que los niveles de embarazos no deseados en jóvenes hayan disminuido por este motivo.
Es evidente que hablar sobre sexo se hace abiertamente, pero siguen existiendo barreras culturales, religiosas y económicas que han ayudado a que la educación sexual disminuya los altos índices de embarazos a temprana edad y se construya un mejor manejo de la sexualidad en los jóvenes.
La polémica la abrió la semana pasada en Bogota el Secretario General de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), Monseñor Fabián Marulanda López, quien tildó de descarada la campaña de educación sexual emprendida por la Alcalde de esa ciudad y dirigida a los colegios públicos.
Para el prelado las críticas se fundamentan en la orientación de la promoción de preservativos más que en la formación de valores: “Las campañas de educación y los programas de salud sexual y reproductiva enfatizan algunas cosas pero omiten lo que es verdaderamente educación en valores”, expresó Monseñor.
Sexualidad con valores
En el caso de Medellín, se desarrollan diversos programas en educación y prevención de la salud sexual y reproductiva. En este sentido, para el secretario de Salud de Medellín, Carlos Enrique Cárdenas, posprogramas que vienen desarrollando en sexualidad se hacen con sentido, “nosotros simplemente no tiramos un condón al aire a ver quien lo recoge, no, nosotros explicamos por varias metodologías, sea frente a frente con el ciudadano o a través de estrategias como en obras de teatro, donde el ciudadano entiende los mensajes y después se los reforzamos cuando le entregamos un condón”.
En Medellín la educación sexual es un tema que debe estar incluido en los Programas Educativos Institucionales (PEI) pero que, en algunos casos, no se cumple y se queda como letra muerta.
Para el profesor de Cívica y Urbanidad del Colegio Liceo San Rafael de Belén, Joan Alexis Salazar, la implementación de estas clases en los colegios es indispensable, “no pienso que sea promover el sexo, por el contrario, pienso que rompen los paradigmas o tapujos que tiene la sociedad, lo que pasa es que no lo podemos ver desde un punto de vista negativo, sino de uno positivo en cuanto a la cocientizaciòn”.
Como se sabe, la posición de la Iglesia Católica sobre sexualidad y reproducción, se basa en un acto natural sin intermediaciones. Es así como la visión del padre Nevardo Cataño, Capellán del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, coincide con la de Monseñor Fabián Marulanda, “infortunadamente muchas de las campañas que hoy se promueven se quedan en un aspecto de la sexualidad, éstas no se pueden reducir al uso o no del condón. Ya se ha dicho que es una educación en valores, y cuando se habla de esto hay que tener en cuenta al ser, a la persona en sus dimensiones antropológicas”.
Para el padre el problema de la educación sexual, “se enfoca en que hay muchos capacitados a nivel de conceptos y muchos discapacitados a nivel de valores y ética moral”.
Trabajo por hacer
Y es que as estadísticas muestran cada vez más el inicio a temprana edad de las relaciones sexuales. Según resultados de una investigación hecha por el Proyecto Sol y Luna, uno de cada tres adolescentes de Medellín ha tenido alguna vez experiencia sexual con contacto genital.
La tendencia de la edad en que se tuvo la primera relación sexual en los grupos de estudio de las comunas 1, 2, 3 y 4 del nororiente de la ciudad (zona más vulnerable) demostró que la edad de inicio sexual es de 14 años para los hombres y 15 para las mujeres y en Antioquia a los 19 años.
Otro dato significativo en la situación de la Salud Sexual de los adolescentes de Medellín, es el número de madres menores de 18 años, que el año pasado llegó a 8.000 casos.
Para Luz Helena Martínez, coordinadora del Proyecto Sol y Luna, otro componente importante de la educación en sexualidad es la educación de los adultos, “muchas de las campañas que se han hecho han fracasado porque no se ha tenido en cuenta al adulto y el poder está concentrado en él. Si no se le llega al adulto, si no se le enseña, no estamos haciendo nada”.
Tomado de el periódico El Mundo del 7 de mayo de 2007.
